Después de más de siete larguísimos meses, la nueva normalidad nos va devolviendo el fútbol de los equipos de la Franja.
El aficionado al Rayo Vallecano volvió a tener una auténtica jornada de Franja en el día de ayer. Hasta la fecha, solo había podido disfrutar del fútbol del primer equipo masculino y lo de disfrutar, deberíamos ponerlo entre un millón de comillas, porque han sido muchos más los sinsabores que los días de gozo y disfrute.
Todo esto, hablando como meros espectadores televisivos, que no pueden aún acudir al estadio a ver a su equipo. ¿Imagináis lo que hubiese sido ayer la celebración del gol de Isi en el minuto 87? ¿Imagináis una Vida Pirata de 12 o 13 mil rayistas despidiendo al equipo?
Qué lejos queda todo esto, pero hay que ser positivos y poner en valor esta nueva normalidad que nos toca vivir. Hace no mucho tiempo, con empate a cero en el marcador hubiese llegado un gol en el minuto 87 y, a buen seguro, hubiese sido de Embarba o RDT y se nos habría quedado cara de bobos. Igualmente, si alguien nos asegura hace unos meses, que la acción de un tipo calvo no solo no nos va a costar puntos, sino que nos va a dar los tres puntos, le tildamos de loco.
No hay que engañarnos y el fútbol de Iraola no enamora, siendo más práctico que vistoso, pero si quieres estar arriba al final de temporada, tienes que dejar el romanticismo para las telenovelas turcas de nuevo cuño en España.
En el filial la nueva normalidad nos deja ramalazos de la normalidad que conocíamos en la prepandemia, partidos locos de ida y vuelta en los que las alternativas en el marcador es la tónica predominante. Ayer todo apuntaba a una victoria visitante, hasta que la sociedad Aguirre & Echarri (muy atentos a esta dupla este año) pusieron patas arriba el partido y dieron la vuelta el marcador.
Lo que si es nuevo, de momento, es el acceso de la prensa a los partidos. Sólo puede entrar una persona por medio, teniendo su sitio en la grada asignado previamente, perfectamente identificado y cumpliéndose un protocolo de seguridad muy bien organizado y llevado a cabo por parte del club. Dado que solo puede acceder una única persona, en Matagigantes daremos prioridad a la información ante las fotografías, y será Jorge Morales el que nos mantenga informados desde dentro. Destacar el gesto del club, dando a los compañeros de la prensa una botella de agua en el descanso. Igual que se les zurra cuando se hace mal, hay que decirlo si se hacen las cosas bien (y no soy dudoso precisamente).
Me gustaría dejar una sugerencia al club a través de estas líneas y es la de permitir la entrada a un número limitado y controlado de espectadores. Ayer había más de un centenar de personas detrás de las vallas de la Ciudad Deportiva viendo el partido, algo que me parece bastante más peligroso que estar dentro con una separación adecuada entre espectadores.
La nueva normalidad también nos dejó el regreso de las guerreras franjirrojas a la competición oficial, con muchas caras nuevas pero con viejos hábitos. Los rayistas coincidíamos ayer en redes sociales en destacar que hay cosas que no cambian como los reiterados llantos de la televisión corporativa del Real Madrid o la defensa de cinco en el Rayo. El plan del equipo era sorprender al rival, al no tener información sobre qué esquema usarían. Esto puede salir bien, mal o regular, aunque la respuesta fuera más previsible que un final de Scooby Doo, pero si, además de al rival, sorprendes con posiciones de jugadoras fuera de sitio, el plan comienza a tornarse en desastre.
La nueva normalidad veraniega en el Rayo Femenino ha sido un deja vu de cualquier otro verano, pero multiplicado por 100. Este año, más que nunca, alcanzar el objetivo será un verdadero milagro a la altura de cualquier capítulo de Cuarto Milenio.