Una década de Matagigantes

03/12/2024
Una década de Matagigantes

Matagigantes entra en las dos cifras ya, cumpliendo 10 temporadas informando sobre el Rayo Vallecano

Tal día cómo hoy de un lejano 2014 nacía Matagigantes. Fue un parto ciertamente abrupto, fruto de una gestación exprés, tras la finalización de un proyecto en el que algunos de nosotros nos encontrábamos inmersos. Proyecto abocado a una muerte anunciada y cuya finalización sería más pronto que tarde por multitud de razones que ahora ya no vienen al caso.

Por aquel entonces, no me hubiese planteado celebrar una década de información rayista. El propósito era informar del día a día de la actualidad de nuestro club, siempre con la intención de hacer lo que nos gusta y por nuestro amor a la Franja. La premisa, ante todo y por encima de todo, era hacerlo de forma independiente, algo que siempre hemos recalcado en nuestra descripción en las diferentes redes sociales o canales de comunicación. 10 años después, creo que es algo de lo que podemos estar tremendamente orgullosos y podemos presumir de esa independencia, que nos ha traído muchos quebraderos de cabeza en multitud de ocasiones, pero que nos permite no albergar muertos en nuestro particular armario. Creo que es algo muy sencillo de entender, pero que no todo el mundo comprende. Esa ausencia de ataduras te permite ser completamente libre a la hora de afrontar la forma de comunicar e informar sobre un club tan distinto, pintoresco y peculiar como es el Rayo Vallecano. Muchas piedras en el camino, algún que otro veto y hasta encerronas para leernos la cartilla bajo las órdenes de algún que otro personaje físico con cargo y mando que pertenecía a la cúpula rayista.

Son incontables las veces que hemos sido testigos directos o indirectos de ciertos capítulos que, por respeto, cariño o simplemente por no perjudicar a un tercero, no han salido a la luz y se han quedado archivados en el disco duro de nuestra memoria. Tal vez, un día haya una recopilación de sucesos medianamente turbios o inquietantes en torno al Rayo Vallecano y vean la luz en cintas o casettes como los que se vendían antiguamente en las gasolineras. Hasta entonces, alguna que otra anécdota surge y surgirá entre el primer y segundo plato de las distintas comidas de rajadores que se cocinan (nunca mejor dicho) puntualmente entre ciertos agitadores de redes sociales.

Ha sido una década en la que siempre ha pesado más el corazón que la razón en nuestra particular balanza vital, y fruto de eso nos hemos equivocado mucho, seguro. Yo en particular, sin duda y lo reconozco sin ningún pudor. Daría marcha atrás en muchas cosas si pudiera volver a hacerlo, cambiando mi forma de proceder con gente a la que aprecio y añoro en el dia a dia de Matagigantes. Tengo la enorme fortuna de seguir contando con ellos en mi vida, tener su amistad y ese es el proyecto más importante que uno puede defender. Por fortuna, Matagigantes se ha enriquecido gracias al trabajo y esfuerzo de mucha gente a lo largo de todos estos años y de todo se ha aprendido, incluso de las malas experiencias. De hecho, creo que de estas es de las que más enseñanzas hemos podido sacar, a la hora de no tropezar dos veces en la misma piedra y verlas venir de lejos ya.

Haber podido hacer radio durante muchos años es, posiblemente, uno de los sueños y retos cumplidos más bonitos de mi vida. Un servidor creció pegado a un transistor y la sintonía de Supergarcía en la hora cero fue durante muchos años la banda sonora de las madrugadas en mi casa. Gracias a ese maravilloso medio que es la radio, he podido conocer a muchos de los protagonistas de la Franja, pasando muchos de ellos de ser gente a la que veía cada 15 días en el Estadio de Vallecas, a tenerla sentada a un metro escaso sometidos a una batería de preguntas de todo tipo durante una hora y media.

Pero Matagigantes ha sido y es cantera, fútbol base, visibilidad y luz para los más pequeños de la Franja. Esos que sueñan con emular a Trejo y Óscar Valentín en el primer equipo algún día. Y esto tuvo que venir Miguelito para abrirnos los ojos y ver que no solo merecían un espacio en el cierre de nuestros programas de radio, sino que debíamos poner nuestros cinco sentidos a la hora de cuidarlos, protegerlos y dar esa importancia a cuerpos técnicos y futbolistas que no acaparan portadas ni minutos de tele o de radio. No sabéis el orgullo que se siente cada vez que gente como Akieme, Fran Beltrán, Clavería, Kike Pérez, Martín o Joni Montiel han llegado al primer equipo y has sido testigo de ese proceso hasta alcanzar su meta. Y ya no solo estos pocos elegidos que han llegado a la élite, sino el listado enorme de futbolistas que se han quedado en el camino, pero que en redes sociales o en persona tienen un mensaje o un gesto de cariño hacia nosotros, reconociendo nuestra labor o simplemente agradeciendo el trato hacia ellos a lo largo de los años. Es algo muy gratificante y que viene a dar sentido a tanto sacrificio y esfuerzo. Es muy complicado estar al pie del cañón y no caer en el hartazgo en todos los sentidos. Al final, Matagigantes ha sido y es ese otro hijo al que llevamos 10 los cuidando, criando y protegiendo de una manera u otra.

No sé cuánto más durará y si tendrá fecha de caducidad próxima o no (es posible que esté más cerca de lo que podamos creer), pero puedo asegurar que hasta que ese día llegue, Matagigantes seguirá dando toda la guerra posible, tal y como hemos hecho desde ese 3 de diciembre de 2014. La elección del nombre de Matagigantes venía a recordar y honrar a ese equipo de leyenda, que con valentía, coraje y nobleza puso al Rayo Vallecano en lo más alto del fútbol nacional. Ellos fueron inspiración para nosotros y nuestro día a día como medio que informa del Rayo Vallecano es un pequeño homenaje a ese espíritu de lucha que aquellos futbolistas grabaron en los libros de historia rayista.

Gracias por estar al otro lado y formar parte de la familia Matagigantes.

Salud y rayismo.