El inimitable Ángel Carrascosa nos da su particular visión de lo acontecido en la última jornada de Liga.
Me pongo está semana ante el teclado con más ganas que nunca, y esto es algo harto complicado. Creedme, pero es así. Por fin hablaremos sólo de fútbol, atrás quedan las discusiones sobre violencia, ultras y todas aquellas distracciones con las que nos han bombardeado las últimas semanas. Lo que también queda es la sensación de que poco a poco algo va a cambiar respecto a los violentos. Eso sí, si eres un aficionado medio, del montón y sin ningún apego a la violencia, cada vez será más complicado acompañar al equipo de tus amores allá donde juegue. En cualquier caso, y como decíamos la semana pasada, hablaremos aquí de la maravillosa aleatoriedad que tiene el fútbol, de la extraordinaria esencia que tiene este deporte y que provoca millones y millones de enamoramientos.
El futbol es la locura vivida en Numancia entre el equipo local y el Lugo, donde destacó uno de los nuestros, David Aganzo. Y ya que hablamos de nuestra categoría de plata, el FÚTBOL en mayúsculas visitó esta semana también Zorrilla: siete goles como siete soles le endosó el equipo vallisoletano al Barcelona B. Por cierto, alguien debería de explicarnos que hace Mojica forrándose a marcar goles a orillas del Pisuerga… Además, por cerrar esta referencia a nuestro fútbol más modesto, quiero oficializar desde aquí la candidatura del Betis a subir a Primera División. Una cosa tengo clara: con Pepe Mel, el Betis va a competir y sudar hasta la última gota de sangre, porque cuenta con un director de orquesta que sabe lo que se hace.
De vuelta a la categoría de oro del fútbol patrio, me llaman poderosamente la atención las consecuencias de la derrota del Córdoba en Barcelona. Me duelen los ojos al leer las declaraciones del amigo Miroslav Djukic. Las escuché también por si había algo que no interpretaba bien, y la solución fue aun peor por el sangrado de oídos que me provocó. No digo que no tenga parte de razón, quizás toda, pero el director de orquesta es él. Miroslav elige los jugadores y el planteamiento, y este tipo de desahogos lo único que hacen, a mis ojos, es retratarlo como un cobarde. ¿En qué país vivimos si los que dirigen pueden salir en los medios ensuciando impunemente el nombre de los que son dirigidos? Cuesta escuchar a este señor hablar de huevos y recordarlo camino del penalti más nefasto jamás lanzando, resoplando como un búfalo y manchando las medias de marrón. Ese día hubo alguno aún más cobarde que él, y no recuerdo a su entrenador de aquella época, un señor del fútbol, dar una rueda de prensa como la que el mismo dio el pasado fin de semana. ¿Huevos? Huevos es ponerse delante de España entera y defender a los tuyos, las broncas en el vestuario, mirando a los ojitos, valiente, y asumir que tanto los jugadores elegidos por ti como tu planteamiento denotan un grado de incompetencia máximo. Me cuesta creer que para un futbolista profesional, de un equipo modesto, no sea suficiente motivo para dejarse el alma jugar en el Camp Nou. Por muchas fotos que se haga o por muchas camisetas que quiera cambiar. Si no es así, la labor del entrenador, a mi modo de entender, es también saber que tiene jugadores en su plantilla que no están capacitados para competir profesionalmente.
Tampoco me parecieron mucho más acertadas las palabras de Jémez, pero al menos este asume su responsabilidad delante de los medios. Cuesta imaginarse otro escenario, pues si bien partió de un planteamiento valiente, el pasado sábado el equipo fue un desastre en defensa. Dar semejantes ventajas en una categoría tan igualada es jugar a la ruleta rusa. Paco Jeméz ha mantenido a nuestro Rayo dos años consecutivos en Primera División con plantillas que a priori parecían muy justas para la categoría. El equipo está ahora mismo clasificado decimotercero y a cuatro puntos del descenso. Creo que son suficientes avales para confiar en él y en sus benditas locuras. Raúl, no le hagas caso.
Por arriba hay pocos cambios. El hecho de que el Real Madrid gane en un mismo fin de semana el Mundial de Clubes y permanezca líder de la primera división sin jugar ya es bastante significativo por sí solo. El Atlético le tiene tomada la medida al nuevo San Mamés y ya no son sorpresa sus victorias allí, aunque esta vez hubo dos los factores determinantes: el árbitro y un futbolista excepcional de esos que tanto nos gustan, Griezmann, que se vistió de Diego Costa y machacó sin piedad al que hasta el año pasado fue su máximo rival.
También quiero destacar los que para mí son las dos sorpresas del campeonato hasta la fecha por la parte alta de la tabla, Villarreal y Málaga, que están realizando un torneo soberbio y continúan con su particular mano a mano en su asalto a los puestos de Champions. No es tanta sorpresa la situación del Valencia, ni por presupuesto ni por plantilla. El equipo ché rascó un importante triunfo ante el Éibar, la otra sorpresa modesta de esta liga. Noveno marcha el equipo de Garitano, ya con veinte puntos, y en ningún momento pareció inferior a su rival en el barro de Ipurúa. Algo deben de estar haciendo bien por allí.
Para despedirme, sólo un apunte. Si queréis aprobar un examen, encontrar trabajo, un ascenso en vuestra empresa o ser titulares en vuestro equipo, no lo dudéis: Radio Vallekas y MATAGIGANTES todos los miércoles a las 19:00. Preguntad si no a Álex Moreno o a Alberto “Chino” Díaz, creo que ya estamos produciendo en serie las estampitas con la imagen del gran Leva…
Ángel Carrascosa
