Antonio Anero jugó 10 temporadas como defensa en el Rayo Vallecano. Creo que con este dato todo está dicho.
Es otra de las grandes leyendas del conjunto de la franja. Además, actualmente, Anero ejerce como entrenador ocupando el puesto de director deportivo del Club de fútbol Palestra Atenea. Sigue en activo, además de conservarse muy joven, para Antonio no pasan los años.
A los 12 entró en el conjunto rayista en la cantera, y no salió del club hasta que cumplió los 29. Siempre fiel con «su Rayo».
Ingeniero de profesión, uno de los mejores laterales del fútbol español. Fue protagonista sin duda del primer ascenso del matagigantes. Sus actuaciones por aquel entonces fueron determinantes y estelares. Un defensa muy serio y expeditivo.
Además, Anero era un defensor que apenas utilizaba las malas artes y la violencia en su juego, al contrario, era un jugador muy fino, luchador, pero muy noble. Jugó más de 200 partidos. Además de ser un gran profesional, Anero era un aficionado más del Rayo.
Con 12 añitos mientras iba entrando en los planes de los técnicos de la cantera, no dudaba a esa edad adolescente de colocarse en una «tribunilla» del estadio de la calle del Arroyo del Olivar y animar a tope al equipo.
Era un «hincha» sin duda de nuestro equipo en las gradas y en el campo. En las instantáneas de los reporteros gráficos deportivos de esa época, en las alineaciones del primer equipo del Matagigantes, Antonio era un asiduo, siempre salía en la foto, porque era siempre titular. En los cromos, en la prensa en blanco y negro de As y MARCA, ahí estaba Anero.
Junto con Uceda era de los jugadores preferidos de la hinchada de Vallecas. Un jugador con mucha energía que vivía cada minuto en los partidos con máxima entrega. El rayismo ha estado muy presente en toda su trayectoria.
En los momentos más duros y los más gratificantes. El destierro que tuvo que soportar el Rayo Vallecano durante tres años fuera de Vallecas jugando en el madrileñísimo Estadio de Vallehermoso en el barrio de Chamberí, también lo vivió en persona Antonio Anero. Luego con el traslado definitivo al Estadio de Vallecas todo cambió, había más ilusión entre las gentes del Rayo y pronto vino el ascenso más importante de este equipo.
Hombre culto, de carrera. Educado, disciplinado, con Anero era imposible tener problemas, siempre una buena cara. Nació el 9 de septiembre de 1953 en Madrid. Cuando iba finalizando su carrera, también jugó en el Talavera de la Reina, cosechando muy buenas actuaciones.
Una leyenda sin duda, un mito, un jugador que pertenece a esa clase de jugadores que la gente respeta al máximo por su impecable entrega y coraje en los campos de fútbol.
Le gusta mucho participar en tertulias periodísticas que realizan los medios de comunicación de Vallecas para contar a los más jóvenes cómo fue el Rayo de los 70 /80. Un tipo sin duda que merece mucho la pena.