Repaso a lo que ha sido un mercado de fichajes un tanto agitado en el Rayo Vallecano, con numerosas llegadas y salidas de jugadores
Curiosidades del destino, un capitán del barco que sale por la puerta de atrás con nocturnidad y alevosía. Señalado en Anoeta hace dos temporadas, no supo marcharse cuando fue su turno, a lo grande, por la puerta principal con el cariño de los aficionados.
El destino es cruel y muy duro. Nunca sabemos qué nos deparará, que es lo peor de este asunto. Trashorras dio mucho por el Rayo, muy posiblemente sus mejores años de fútbol, los de la madurez de un futbolista. No le critiqué entonces ni lo hago ahora, ningún reproche, pero solo un apunte: a cualquiera le engrandece la decisión sabia de saber en qué momento has de marcharte.
Otros que se han marchado por la puerta trasera (si es que alguna vez estuvieron aquí presentes de cuerpo y mente) son Razvan Rat y Lass. El rumano dio buenas muestras del lateral que fue, internacional por su país, aguerrido y con gusto. Le condenaron sus pocas ganas de trabajar, un clima estupendo, un alto sueldo y aquellas imágenes criticando a Sandoval en sus horas más bajas, cuando muchos le hicieron la cama al míster.
En el otro lado está Lass. Ni en Granada, ni en Francia, ni en la China oriental este chico da lo que se supone que lleva dentro. Muchos hablan maravillas de él, nadie ha podido disfrutarlas de forma convincente y continua en un terreno de juego. Lo mejor para su destino era marcharse lejos de aquí, reencontrarse consigo mismo y mejorar su rendimiento.
Para finalizar y a modo de resumen hay dos grandes vencedores en este mercado de invierno: su director deportivo, David Cobeño, y por encima de todo la institución, el Rayo Vallecano. Soltar lastre no es fácil, traer gente comprometida que ya lo han demostrado en otras ocasiones y te den un plus a la plantilla aún es mas difícil de conseguir.
Señoras y señores, mirando la clasficación, las fechas restantes y la plantilla, creo que pueden comprar su billete en el vuelo del sueño. Confío que al subir a bordo el piloto no sea el señor Martín Presa y llegar al destino prometido y merecido sanos y salvos.
Texto: Christian M. Arjona
Imagen: Iván Díaz
