Antes de correr, deben aprender a andar

09/05/2020
Antes de correr, deben aprender a andar

Reflexión en clave de cantera franjirroja sobre todas esas tentaciones que, verano a verano, reciben nuestros canteranos más brillantes.

Que los grandes equipos se interesen por jugadores de la cantera franjirroja no es ninguna novedad, que practiquen la pesca del canterano en nuestra Ciudad Deportiva tampoco lo es. Dada la gran temporada que han realizado muchos de nuestros conjuntos, «mojándole la oreja» incluso a Real Madrid y Atleti, acentuarán este intento de captación de talentos rayistas. Tal vez, a lo que no estamos acostumbrados es que la temporada se dé por finalizada oficialmente en mayo y oficiosamente en el mes de abril. Son muchos meses por delante para planificar plantillas y proyectos de cara a la próxima temporada, con el mercado persa que eso significa a nivel de chavales que están dando sus primeros pasos en esto del fútbol la gran mayoría.

Ahora es cuando toca escuchar cantos de sirena, promesas de paraísos futbolísticos y una vida mejor en cualquiera de los grandes equipos de la capital o en alguna de las potentes canteras del territorio nacional. No soy hipócrita y no seré yo, el que niegue que el Rayo Vallecano se ha dejado adelantar por derecha e izquierda tanto por Getafe como por Leganés en cuanto a trabajo de cantera se refiere (y otros tantos que ahora no vienen al caso). La del Rayo ya no es esa cantera que otros clubes admiraban, respetaban e incluso trataban de copiar, se ha convertido en algo prescindible en la manera de entender el fútbol de su presidente.

Tampoco voy a descubrir ahora, lo que significa pertenecer a clubes tan grandes como Real Madrid o Atlético de Madrid y el orgullo que puede suponer para muchos padres o muchas madres que su nene juegue en esos equipos. En muchos casos, son ellos los que están más felices que el propio chaval que, al fin y a la postre, es el verdadero protagonista.

No soy quién para dar consejos, solo faltaría, pero es cierto que no me son nuevas estas situaciones que se le van a plantear a muchas familias en las próximas semanas (a alguna ya se le ha planteado) y solo les pido que valoren tanto los pros como los contras. Que pongan en la balanza todo lo que el Rayo les está dando a sus hijos, lo que les puede dar a corto plazo y lo que un club grande le puede llegar a ofrecer. Puede parecer que caigo en un contrasentido cuando antes criticaba la gestión de cantera del Rayo Vallecano y ahora hablo de lo que el Rayo puede ofrecer a un canterano, pero no, no lo es. Cuando hablo de Rayo en este sentido, personalizo en esos cuerpos técnicos que tratan a los chicos con un mimo y un cariño espectacular, que se preocupan de sus notas, de los posibles problemas que puedan tener fuera del ámbito del fútbol, que ejercen como esa especie de «amigo» que les escucha y aconseja en todos los aspectos. Hablo del entorno rayista que se preocupa de estar cerca de los chicos y de sus familias, que da la bienvenida a los nuevos y trata de hacerles llegar ese sentido de pertenencia y permanencia que ofrece este club. En este capítulo, el mejor ejemplo tengo la suerte de tenerlo muy cerca en la figura de Miguelito. Dudo mucho que en cualquier otro sitio vayan a encontrar un tipo de se desviva más por «sus niños», como él cariñosamente los llama.

También es cierto, que el Rayo Vallecano debe mover ficha en los despachos y demostrar que apuesta por estos chicos de cara a un futuro a corto, medio o largo plazo, para que se conviertan en el nuevo Fran Beltrán o Pedro Porro, chicos que pasaron por donde se encuentran ellos ahora y que en la actualidad juegan en Primera División, cumpliendo el sueño de todo canterano que comienza. Esto no solo pasa por el dinero, sino por tener unos campos de entrenamiento dignos de un club como el nuestro o dar una imagen de cantera seria que lleva desde el minuto cero a sus chicos uniformados y dejar de parecer un equipo de amiguetes de ligas municipales.

Como diría el gran Luis Aragonés (qepd) «tengo el culo pelao» en este tipo de asuntos y he visto muchos casos en los que canteranos franjirrojos han decidido marchar, ciertamente omnubilados por lo que creían iba a ser la experiencia futbolística más maravillosa de su vida y he sido testigo de cómo han vuelto con el rabo entre las piernas, prácticamente suplicando disfrutar de una segunda oportunidad en la que siempre había sido su casa.

Por eso, papás, mamás y representantes varios (me parece de locos que con 11, 12 añitos ya tengan agente) valorad lo que tenéis y no tengáis prisa a la hora de que vuestro niño llegue a la élite futbolera, porque si tiene cualidades y trabaja, tarde o temprano llegará. Pero es muy importante que dejemos que el chaval antes de correr, aprenda a andar.

Dicho todo esto, me alegraría enormemente, si en el mes de septiembre viese a los Asier, Mico, Quique, Fabi, Viso, Mateo, Carmona, Adrián Blanco, Samu o Ismael defendiendo una temporada más la Franja y haciéndonos disfrutar como lo hemos hecho en un año de «campeonatus interruptus» pero que pintaba de notable alto para nuestros equipos.