Perdonen las disculpas

27/11/2019
Perdonen las disculpas

Año tras año se repite la ausencia de ropa deportiva para cantera y Fundación Rayo Vallecano. El hartazgo entre los padres de los segundos es cada vez mayor.

La semana pasada, Raúl Martín Presa, presidente de esta nuestra Sociedad Anónima Deportiva o cortijo deportivo (como quieran llamarlo) nos regaló una comparecencia pública, hecho que sucede en tan contadas ocasiones casi al nivel de las apariciones del cometa Halley. Dicha aparición fue para sacar pecho porque la Fundación Rayo Vallecano iba a albergar a 600 niños más que iba a incorporar el Ayuntamiento por el convenio firmado entre ambas partes. Con esta incorporación se iba a superar la cifra de 2000 niños en la escuela y según las palabras de Martín Presa eso «es mucho bien que repercute el Rayo Vallecano en la sociedad». Hablaba de niños con necesidad y de lo necesario de hacer deporte los niños para ser longevos y alejarles de las tentaciones que la sociedad tiene.

Hasta aquí, todo muy loable, entrañable y casi equiparable a la escena de Pancho gritando «Chanquete ha muerto». Para los que sean ajenos al mundo Rayo o a los que no estén muy al día de la actualidad rayista, les podría parecer que todo lo que el Presidente del Rayo Vallecano decía es positivo y digno de elogio, y no le faltaría razón si no fuese por una serie de detalles que quizás se le escape y no estaría de más repasar.

Que el señor Presa quiere acoger a más de 2000 niños en su Fundación está muy bien y ese «dejad que los niños se acerquen a mí» también, pero lo suyo sería equiparable a la familia que a duras penas llega a fin de mes con lo que tiene, pide ayuda para ello y, sin embargo, no para de tener hijos y no se priva de ciertos lujos innecesarios.

A día 27 de noviembre, los equipos de la Fundación Rayo Vallecano no disponen de la ropa de este año. Han pasado aproximadamente unos tres meses desde que comenzó el curso para ellos y siguen esperando a que suene la flauta y se produzca el milagro en forma de material deportivo. Los más optimistas se lo han pedido a los Reyes Magos, otros directamente ni marcan fecha para recibirla. Para poner en situación al lector que desconozca el dato, los padres pagan alrededor de 600 euros para que sus hijos o hijas puedan estar en la Fundación Rayo Vallecano, un dinero bastante importante como para que la otra parte cumpliera con sus obligaciones.

Son ya varias las familias que, de una manera u otra, nos piden que «denunciemos» o contemos esta situación que, si bien por repetitiva a lo largo de los años, no deja de ser bastante jodida para ellos. Situación que deja imágenes como la de un mismo equipo con equipaciones de hasta tres años diferentes, las tallas son las que son y no hay mucho más donde elegir, en algunos torneos disputados los jugadores tenían que cambiarse la camiseta a la hora de hacer cambios porque no se llegaba ni a tener una por jugador, dorsales reconvertidos con cinta aislante, celofán o cualquier cosa que sirva para tunear un número en otro completamente distinto, etc. En definitiva, una lista que podría ser eterna y kilométrica.

Todo esto, al margen de las familias, lo sufren y lo padecen los entrenadores y los propios jugadores que son los que, a fin de cuentas, disputan los partidos. Habitual es el runrún en las gradas de los campos visitantes cuando saben que juegan contra el Rayo (sí, el Rayo Vallecano. A la hora de la verdad ven ese escudo y no diferencian entre Fundación o cantera) y ven llegar al equipo cada uno con su propia ropa de calle, sin una uniformidad que hasta los equipos más modestos de ligas municipales visten. Ese runrún se hace ya insoportable cuando ven el popurrí de camisetas con sus respectivos números tuneados en el propio vestuario. Esto es muy incómodo para los entrenadores que están en primera línea de fuego, que tienen que lidiar con situaciones como la que se vivió este fin de semana. En uno de los muchísimos partidos que disputan esos casi 2000 niños de los que habla orgulloso Martín Presa, el árbitro reprendió en más de una ocasión al entrenador rayista por jugar su equipo con tres números duplicados, es decir, no tres niños con el mismo número sino que había dos dorsales 10, otros dos dorsales 15 y otros dos dorsales 8. Como comentaba anteriormente, en el vestuario lo que era un 15 intentó parecer un 19, pero la ley de la gravedad hizo su labor y, como más cosas en esta vida, acabó cayendo.

Esto no es nada agradable para el entrenador que lo padece (me consta que ya ha sucedido alguna vez más) y esto no va incluido en su contraprestación económica (me niego a llamarlo sueldo), del mismo modo que no va o no debería ir el hecho de tener que hacer de poli malo con las familias a la hora de comunicar que si los papás no pagan sus hijos no juegan.

Si la Fundación tuviese un himno propio, la letra habría que cambiar aquello de valentía, coraje y nobleza por algo así como bochorno, vergüenza y sonrojo.

Yo no soy nadie para dar consejos, pero si fuese una de esas cientos de familias que padecen y sufren el incumplimiento sistemático de lo acordado por la Fundación del Rayo Vallecano, posiblemente no verían ni un solo céntimo hasta que no cumpliesen con su parte y a mi hijo o hija le facilitaran todo el material deportivo que necesita. Creo que hablamos de una cantidad económica lo suficientemente importante como para exigir cierta seriedad. Estoy seguro que, si fuésemos a un restaurante de cierto nivel y pidiésemos jamón ibérico del más caro de la carta y nos sirvieran mortadela con aceitunas, nos negaríamos a pagar la cuenta en la que nos cobran la mortadela al precio de un Jabugo ibérico puro.

En cualquier caso y volviendo a la comparecencia del señor Presa, he de decirle que está feo ponerse medallas que no le corresponden y como al final debe ser que eso del karma existe, la Concejala de Villa de Vallecas, Concepción Chapa, en su turno de palabra adelantaba una sorpresa (todo junto, pero ella lo pronunció como «sor presa» y mirándole a los ojos) que era la creación del I Trofeo de Fútbol Femenino Villa de Vallecas. Conocido el apoyo que Martín Presa da al fútbol femenino, este anuncio le debió doler aún más que una patada en salva sea la parte. Si alguien no ha visto el vídeo en cuestión, puede hacerlo pinchando AQUÍ.

Señor Presa, no seré yo el que cuestione la importante labor que hace una escuela de fútbol, conozco muchas y todas más serias que el Rayo en cuanto a sus obligaciones, pero por favor no nos mezcle «churras con meninas» (como decía el mítico Fiti de Los Serrano).

Por último, aclarar que el título de este texto es el nombre de un disco de No me pises que llevo chanclas, grupo histórico sevillano que con sus letras alegres y sarcásticas podrían describir perfectamente el funcionamiento de este club y, concretamente, este título reflejaría lo que Martín Presa le diría a esas familias que se quejan por su falta de ropa deportiva, haciéndose un pequeño (o gran lío) al hablar y mezclar dos expresiones coloquiales, que si perdonen las molestias a medio camino con pedir disculpas.