El Rayo B vuelve a dejarse puntos en el final en su visita al Canillas (1-1). Un golazo de Ybarra sería igualado de rechace de un penalti en el descuento de un partido que acabó desagradablemente.
Hay partidos en los que se puede disfrutar de un buen encuentro futbolístico, independientemente del resultado, y que aun así algo que no debería formar parte del fútbol arruine el disfrute. Así pasó en el barrio de Hortaleza, donde al Rayo B se le escapó de forma desafortunada el triunfo ante el Canillas en una tensa y emocionante brega que acabó de forma fea.
El sol hacia paliar un poco el frío de la mañana dominical en el Municipal Agustín de Iturbide, el angosto escenario en el que tendría lugar un duelo de equipos en dinámicas opuestas. El Rayo B de Jorge Vallejo venía de recuperar buenas sensaciones, consolidado en la zona de playoffs tras volver a la victoria en casa ante el Alcorcón B, mientras que el CD Canillas de Jorge Mendoza llegaba en descenso y acumulando una racha de 4 partidos sin ganar, sufriendo en la semana anterior una goleada en su visita al Leganés B.
En el inicio del encuentro, la mentada necesidad de los de casa les hizo ser controladores del juego. Le costó bastante al Filial de la Franja sacudirse el dominio inicial de un rival que le hizo sentirse bastante incómodo, por momentos ahogado al tratar de jugar desde atrás en un campo muy pequeño y con la presión local muy adelantada y que producía efectos, haciendo que el Canillas tuviese la pelota y varias buenas llegadas al área hasta superada la marca del primer cuarto de hora. Poco a poco se fue asentando el cuadro rayista, no sin apuros, como un error en la salida que dejó una ocasión franca a los de blanco que marraron de milagro. Y después, cuando ya el dominio había cambiado de bando, sería el Rayo B el que perdonaría una ocasión aun más clara, quedando Íñigo y Étienne solos en el área tras la carrera y asistencia de Becerra por la izquierda, asiste Íñigo a Étienne para que la empuje, y de manera increíble la acaba estrellando en el cuerpo del portero Álvaro. Al descanso se llegó con cierta calma tensa tras una primera parte de dominio cambiante en la que el gol se esperaba, pero no estaba.
La segunda parte empezaba con ciertas similitudes al final de la primera, con ambos equipos queriendo ser dominadores y con buenas oportunidades que no terminaban de ser convertidas. La sensación era que el Rayo B tenía el control de juego por un ligero margen, y este paso extra hacia adelante terminaría de darse en el minuto 63. Luego de varios intentos infructuosos de elaborar jugadas de toque, un balón llovido desde el campo propio hacia la frontal del área local iba a caer en las inmediaciones de Juan Ybarra, quien, sin dejarla caer, la empaló con una volea espectacular que hizo que el balón describiera una preciosa parábola para colarse por la escuadra izquierda de un Álvaro que solo podía estirarse para salir bien en la foto. El golazo de la jornada coronaba un gran partido de Ybarra y ponía por delante al Filial de la Franja en un campo que se le venía atragantando, quedando un mundo por delante.
En los minutos posteriores al gol, el conjunto vallecano siguió manejando bien el partido ante un rival en shock tras encajar el tanto. El equipo en conjunto estaba haciendo una gran labor, con la defensa siendo segura en los duelos y moviendo el balón con criterio, el medio logrando dar una fluidez que no era fácil encontrar en ese terreno y la delantera llegando con peligro al área, aunque luego se echaría en falta el acierto en la finalización. Y en todas las áreas del campo, un Juanchi que parecía omnipresente y con un pulmón omnipotente para aguantar 90 minutos de trabajo sin cesar. Todo marchaba bien, pero el rival también juega, y además tenía la necesidad propia y la exigencia de una tensa grada que preparaba un ambiente hostil. Aprovechando un puntual error de la defensa franjirroja pudo llegar el empate, pero al remate de Gaviria le sacó Juanpe una mano milagrosa que hacía tener protagonismo al portero visitante y precipitar el volcado del juego sobre el área visitante en los instantes finales del partido.
Aguantó como gato panza arriba el Rayo B las cada vez más constantes y apretadas acometidas de su rival, pero justo al cumplirse el minuto 90 acabaría cayendo el muro. En una desafortunada acción, Lozano derribaba a un rival en el área y el árbitro señaló el punto de penalti. Volvían a encontrarse Juanpe y Gaviria. Adivinó el portero rayista el lanzamiento, pero dio un desafortunado rebote que por centímetros no se pudo quedar en dos tiempos antes de que el ejecutor llegase para terminar de empujar la pelota. Se llegaba al empate cuando se anunciaban 7 minutos de descuento en los que la dinámica favorecía a los locales y la tensión se fue acumulando hasta terminar saltando con el pitido final. Ya acabado el partido, hubo enfrentamientos entre jugadores de ambos equipos y también momentos tensos entre futbolistas y grada. Según se nos ha comentado, familiares de algunos futbolistas franjirrojos habían sido increpados durante todo el encuentro por ciertos elementos que pintan bastante más en un zoo que en un recinto deportivo. La calma tensa que reinó en el partido estalló al llegar el final de este, quedando varios minutos los jugadores en el terreno, enzarzados en sus cuestiones particulares, hasta que lo abandonaron para dar paso al siguiente partido del día.
Final desagradable aparte, la batalla futbolística acabó sin vencedores. Canillas y Rayo B quedaron empatados de manera justa dada la igualdad en los méritos de ambos cuadros, aunque es cierto que duele de nuevo al Filial de la Franja el ponerse por delante y que se le escapen puntos al final. Con el que se sumó en Hortaleza, los de Jorge Vallejo acumulan 26 puntos que le mantienen en 3ª posición, si bien empata con el Torrejón y saca 1 de ventaja a Las Rozas, que cierra la zona de playoff, y a Villalba y Galapagar, que ahora mismo se quedarían fuera de la pelea por ascender. Acumula el equipo rayista dos encuentros sin perder, y buscará acabar el 2024 futbolístico de la mejor manera el próximo domingo, cuando reciba en la «City» a un duro rival de la zona noble, el mentado Las Rozas.
Texto de Jorge Morales García. Imagen de Carlos Villar.