Desorden

30/09/2023
Desorden

El Rayo Vallecano y el Mallorca firman las tablas en un encuentro caótico que dejó muchas dudas en el equipo local (Rayo Vallecano 2-2 Mallorca).

Por Pablo Castro Calzada

En pleno veranillo de San Miguel, el cuadro rayista recibía en casa a un conjunto mallorquín caracterizado por ser uno de los equipos más correosos y defensivos de la liga. Para el choque, Francisco volvió a optar por el tradicional 4-2-3-1, colocando esta vez en el doble pivote a Pathé Ciss y Unai López, dejando en el banquillo al hasta ahora imprescindible Óscar Valentín.

El encuentro no podía empezar mejor para los madrileños. Con una genialidad, Sergio Camello dejaba a su marca atrás, colocando un gran pase a Álvaro García, que con calma colocaba el entre las piernas de Rajkovic para mandarlo al fondo de la red, todo esto en el minuto 4’.

Un golazo que, sin embargo, pareció un espejismo comparado con el resto de la primera mitad. Y es que pareciera que la alta temperatura convirtió el feudo vallecano en un desierto, obligando a los jugadores de la franja a vagar de un lado a otro, sin saber muy bien qué hacer con el balón, y otorgando, justo antes del descanso, una peligrosa falta que Muriqi subo aprovechar como buen ratón de área para convertir en gol.

La segunda mitad comenzaba 1-1, y los de Francisco parecían haber salido con otra cara, pero nada más lejos de la realidad. Cuando más igualadas estaban las fuerzas, Sergi Darder se inventó un increíble pase que hubiera firmado el mejor Mesut Özil, dejando solo a Antonio Sánchez contra un Dimitrievski que no pudo hacer nada para impedir el segundo gol del Mallorca.

1-2 en el minuto 60, después de haber ido ganando hasta el 44’, y contra uno de los equipos que mejor defienden de todo el campeonato. La misión de los tripulantes del Santa Inés no era fácil, y la moral parecía no acompañarles. Pero bueno, esto es Vallecas.

Francisco sabía que tenía que menear el árbol, por lo que justo al encajar el gol realizó 3 cambios que renovaban la columna vertebral del equipo. La seguridad de Óscar Valentín, la magia de Trejo y la lucha de RDT, acompañados de un Isi que parecía abarcar todo el campo, sirvieron para darle otro aspecto al equipo, pero seguía sin ser suficiente.

El Mallorca estaba encerrado atrás, formando una defensa de casi 11 jugadores. Los vallecanos sabían subir el balón hasta los aledaños del área enemiga, pero entrar en ella era misión imposible.

Viendo que podía asumir riesgos atrás, Francisco sacó del campo a dos defensas, Aridane y el Pacha Espino, introduciendo en su lugar ni más ni menos que a Jorge de Frutos y a Falcao. Con una línea defensiva formada por Balliu, Ciss, Lejeune y Álvaro García actuando de lateral izquierdo, los locales comenzaron a asediar una y otra vez la portería enemiga.

El entrenador había presionado el botón de “Todos al ataque”, pero la imprecisión, el desorden y la ansiedad se habían apoderado de los de la Franja. No se podía hacer nada, el balón no quería entrar, pero espera, un momento ¡Mano en el área enemiga! ¿O no? “¡Es mano!” Gritaban los de Vallecas. “¡No lo es!” respondían los mallorquines. Unos se echaban las manos a la cabeza, otros intentaban explicar con gestos lo que no podían articular con palabras. Y el árbitro, para añadirle más tensión al asunto, iba caminando tranquilamente, cual villano de cine negro, hasta el monitor del VAR, sin darle mucha importancia al asunto, hasta que, ¡Penalti a favor de los locasles!

¿Y quién lo iba a tirar? ¿Sería el goleador RDT? Bueno, también lo podría tirar Isi, el jugador franquicia, o Trejo el capitán. Un momento, ¿quién está cogiendo el balón? Es ni más ni menos que el legendario delantero colombiano de 37 años, al que el presi se había referido durante la previa como “el mejor jugador de la liga dentro del área” Don Radamel Falcao García Zárate. Pues bueno, el tigre la tiró al muñeco. Decepción, ¿o no? ¡Pues no! Porque Rajkovic no tenía ningún pie sobre la línea de gol.

Minuto 102, se repite el penalti, ¡y vuelve el tigre! Nadie quiere mirar. Los nervios y los más de 30 grados centígrados con el sol dando de cara hacen que más de uno casi desfallezca. Pero sí, ¡sí! El tigre marca, y el partido que había comenzado totalmente de cara con un golazo en el minuto 4, finaliza en el minuto 12 de añadido de la segunda parte con un agónico gol de penalti que servía para darle un agónico empate a un Rayo Vallecano en el que reinó, por encima de todo, el desorden.

Imagen destacada: @rayovallecano