El Rayo B pierde ante el Galapagar (0-1) un partido que tenÃa controlado. La expulsión de Marco y un penalti en el tramo final condenaron al Filial en la «City».
De las muchas maneras en que se puede perder un partido de fútbol, una de las más frustrantes es perderlo tú mismo. El Rayo B tuvo durante 75 minutos al Galapagar donde querÃa, pero una inmolación en forma de expulsión y posteriormente penalti le hizo morder el polvo.
Un fuerte viento golpeaba la nublada mañana en la «City». Antes de lo que suele ser habitual, a las 11 de la mañana, abrÃa el telón de la jornada dominical de Tercera un Rayo B que venÃa con el orgullo herido tras sufrir la anterior jornada su primera derrota en forma de goleada en casa del Trival Valderas. El Filial de la Franja se encontraba ante la oportunidad de redimirse en su casa ante el CD Galapagar de Francisco Javier Zamorano, que ha tenido un irregular arranque de liga y acumulaba 2 partidos sin ganar.
La primera parte fueron todo nervios y tensión, y poco fútbol. El Rayo B querÃa imponer su dominio desde el dominio de la posesión y el control de juego, y durante un breve periodo del arranque del encuentro lo pareció conseguir, llegando a estar cerca del gol en una media volea de Becerra que se fue lamiendo la escuadra. Tirando de garra y músculo, el Galapagar no tardó en equilibrar la balanza del dominio, tal vez sin brillo, pero sabiendo perfectamente qué hacer para que el rival no solo no le hiciera daño, sino también como desactivar sus armas. Los locales cayeron en el ritmo fÃsico que trató de imponer el rival, y sin dar una mala patada, se fueron al descanso con 3 amonestaciones. En lo que a juego se refiere, nada reflejaba mejor lo que fue el primer tiempo que el marcador inmóvil desde el inicio. «Cero-cerismo» puro en 46 minutos de dominios breves e intermitentes de un Filial de la Franja voluntarioso pero que pecó de inexperiencia, y su rival supo aprovecharlo para no sufrir.
Los primeros instantes del segundo tiempo tuvieron más peligro en ambas áreas que toda la primera parte. En apenas segundos, Adrián Molina tuvo que intervenir para despejar de puños un balón que iba cabeceado a la red vallecana, y al cumplirse el 50, el más voluntarioso de los locales sobre el verde, Juanchi tuvo el gol en un centro raso desde la derecha que remató de primeras, fuerte pero desviado. El partido tenÃa visos de romperse y ponerse emocionante, pero el Filial de la Franja parecÃa encontrarse cómodo en esas circunstancias, adelantando lÃneas y provocando acciones de superioridad en campo contrario con relativa facilidad. Solo faltaba terminar de rematar los ataques, pero la sensación era que los de casa tenÃan el partido dónde querÃan.
Y es ahÃ, cumplido el minuto 75, cuando el primer acto de la inmolación local se produjo. Repentinamente, el árbitro escuchó unas palabras malsonantes salir de la boca de Marco de las Sias, lateral rayista al que los rivales suelen buscar las cosquillas porque es el más proclive a saltar, y asà pasó. No queda claro si el exabrupto fue para un rival o para sus adentros, el caso es que le hizo acreedor a Marco de la expulsión directa, dejando al equipo con 10 para el tramo final del partido, situación que nadie desea nunca. Un contrariado Jorge Vallejo se vio obligado a reestructurar al equipo para no perderle la cara al partido, y parecÃa lograrlo. A continuación de la roja, Étienne se fabricó una buena acción aunque su disparo no vio puerta, y el rival se encontró con la madera en la réplica. El partido estaba prácticamente igual, salvo por el detalle de que el Rayo B tenÃa que afrontar el tramo decisivo del encuentro en inferioridad numérica.
La segunda parte de la inmolación rayista vino en una acción desafortunada. Guzmán, el buen central del Filial, no tuvo su mejor dÃa en general, y para colmo en el minuto 86, en un intento de despeje a la media vuelta en su área, no acierta el balón y se encuentra con la cabeza del visitante Buce que buscaba el balón. La bota del zaguero impacto, tan involuntaria como fuertemente, en la nariz del atacante de amarillo y negro. El más desafortunado y claro de los penaltis y la primera pena máxima que le señalan en contra al conjunto vallecano en la presente campaña. La responsabilidad de lanzarlo recayó en Javi Redondo, quien disparó la pena máxima raso y por el centro, esperando que Adrián Molina se lanzase a algún lado, y asà lo hizo, a la izquierda. 0-1 en contra con apenas 3 minutos para llegar al 90 y con un jugador menos, pintaban bastos para el Rayo B.
Se quemaron las naves en el descuento, con la retirada de un central y la acumulación de jugadores arriba para intentar salvar un empate ante un rival que solo tenÃa que hacer una cosa para llevarse la victoria, defender su área como hasta llevaba haciendo todo el partido, y asà lo hizo. El pitido final llegó 7 minutos pasado el 90, y señalaba la segunda derrota seguida para un Rayo B que por primera vez en esta temporada era incapaz de abrir su marcador. HabÃa faltado acierto y contundencia, pero la sensación era de tener el control del partido, pero el quedarse con un jugador menos para la parte final y el penalti sobre la hora terminaron de hundir a los de Jorge Vallejo, que caen a la 10ª posición con 7 puntos, a 1 de zona de playoff y 5 por encima del descenso. Nueva oportunidad de cortar la mala racha el próximo domingo, cuando el Filial de la Franja visite al Collado Villalba.
Texto de Jorge Morales. Imagen de Carlos Villar.