Ni tan mal

Ni tan mal

En un partido sufrido, el Rayo B logró ponerse por delante con el gol de Étienne, pero el Torrejón encontró un premio a su empuje en forma de penalti en el descuento para poner las tablas (1-1) y dejar todo por decidir para la vuelta en la «City».

Hay partidos en los que un equipo, por la razón que sea, es inferior a su rival, pero por destellos es capaz de sacar un resultado positivo. Este podría considerarse uno de esos casos. En un mal día del Rayo B, para lo que nos tiene acostumbrados, estuvo a instantes de sacar un triunfo de su visita a Torrejón, pero acabó firmando un empate que deja todo abierto para la vuelta.

Soleada mañana para abrir junio, calor en el ambiente y aun más le ponía la afición que llenó el Municipal de Las Veredillas para la ida de la final regional del play-off de ascenso a Segunda Federación. En una esquina, un centenar de hinchas rayistas trataban de hacer frente con sus banderas y cánticos al ambientazo montado por la afición local, que con bengalas, pancartas y confeti recibió a los jugadores a su salida al campo. Saltaba el Filial de la Franja de Jorge Vallejo tras superar con solvencia su primera eliminatoria, derrotando al Galapagar 1-3 en la ida en El Chopo y firmando un 0-0 en la vuelta en Vallecas para sellar su pase de ronda. Enfrente un equipo particularmente difícil, la AD Torrejón de Borja Bardera, que llegaba tras 210 minutos de eliminatoria sin goles frente al Villaverde, tras los cuales los franjiblancos hicieron valer su mejor clasificación liguera para alcanzar el penúltimo peldaño de la promoción.

Contagiado por el ambiente y sabedor de que un buen resultado en la ida en casa sería clave en el devenir de la eliminatoria, el Torrejón salió en tromba, teniendo unos quince minutos iniciales de auténtico asedio sobre el área visitante. El Rayo B parecía sorprendido y contrariado con la salida de su rival, teniendo que empezar resistiendo las constantes acometidas rivales para, con el paso de los minutos, llegar a poder tener algo de posesión y salir con el balón de su campo. Sin embargo, la ambición del ataque torrejonero se vio refrendada por su seriedad sin balón, con una presión fuerte sobre los mediocampistas franjirrojos que obligaba a buscar alternativas en balones largos por los costados. Así llegaron, a cuentagotas, las primeras llegadas vallecanas, hasta que en una se dio la primera acción polémica de la mañana.

Mediado el primer tiempo, el Rayo B arrancó la contra ante un Torrejón muy volcado, lanzando por velocidad a Becerra desde campo propio por el flanco izquierdo. Cuando levantó la cabeza en el pico del área para buscar apoyos, llegaban las ayudas defensivas, y se vio obligado a recular con Ybarra, que recibió en posición propicia para sus diabluras. El 10 rayista se llevó puesta a la defensa con un recorte y armó el disparo raso y cruzado que encontró la red por el palo largo de un Willy Gascón al que no le fue suficiente la estirada para atajarlo. El grito del tanto de Ybarra se vio ahogado al ver el banderín arriba de juez de línea, que entendió que en el momento del disparo, Étienne interfería en la visión del otrora meta rayista, invalidando el tanto por fuera de juego posicional, de esos que tanta polémica generan en Primera con el VAR, no digamos ya en el play-off de Tercera Federación, donde aun se arbitra «a la antigua» y lo que dictaminen los colegiados, sea acerado o no, va a misa.

Aun contrariado por el gol anulado, el Filial parecía haber despertado algo de su letargo y por lo menos equilibrar la balanza de un partido que parecía decantarse peligrosamente en favor de los de casa. De ahí al descanso vimos una sucesión de llegadas a ambas áreas que parecían llevar más peligro del que realmente traían. Mientras que las internadas rayistas no se terminaban de concretar con disparos, las oportunidades locales que lograban finalización eran bien rechazadas por los centrales Lozano y Revuelto, una vez más en un nivel superlativo, o bien acababan en disparo desviado. Al descanso se llegó con el 0-0 como mejor noticia para un Rayo B que para lo que acostumbra se encontraba mal en el juego, pero muy vivo y sabiendo que tendría alguna oportunidad para marcar la diferencia.

Si se podía considerar que la primera parte se la había llevado el Torrejón a los puntos, la segunda estuvo cerca del KO técnico. Ni bien regresaron los jugadores de vestuarios el juego se volcó sobre el área visitante, con el cuadro local llevando a cabo acciones de acoso y derribo contra un Filial que se defendía como gato panza arriba, incapaz de poder salir de su área. Los de casa las tuvieron de todos los colores, pero a destacar una triple ocasión que milagrosamente fue desbaratada, primero por la pierna de Juanpe, luego por el travesaño y finalmente por la espalda de Lozano al desviar un remate de un balón que dejó muerto el portero vallecano, que acabó en el suelo totalmente batido y teniendo que ser atendido al finalizar la acción. La pausa de hidratación sirvió de tiempo muerto que, de haber podido, Vallejo hubiera pedido, pues el peligro era constante y no parecía haber manera de salir de él.

Luego de haber tomado agua y realizarse cambios necesarios en la medular, se volvió al juego, continuando el dominio del Torrejón, pero sin la contundencia de antes y con el Rayo B, aun lejos de su mejor versión, ligeramente más asentado en el rol pasivo que le obligaba a adquirir este partido. Entrando en el tramo final seguía pareciendo estar al caer el gol local, pero con la sensación de que si el cuadro franjirrojo aguantaba los envites y tenía una mínima llegada con peligro, podría encontrar premio. Y eso fue lo que sucedió en el minuto 82, cuando Iván Íñigo se hizo fuerte en una recuperación en el círculo central y encontró hueco para iniciar el ataque, metió un pase en profundidad al costado derecho del área local que parecía demasiado largo, pero que Iván Alonso hizo bueno llegando con velocidad para rescatarlo en línea de fondo y convertirlo en un pase de la muerte para que Étienne, prácticamente bajo palos y tras rebotar la pelota en el cuerpo de Willy, la metiera al fondo de la red. Estupor en la grada, salvo en la esquina que ocupaba la eufórica hinchada vallecana. En un mal partido, en el que se estaba siendo inferior al rival, el Rayo B se ponía por delante cuando quedaba poco para el final. Poco o mucho, según se mire.

El directo al mentón recibido por un rival que había estado todo el pleito contra las cuerdas afectó a un Torrejón que, viendo que afrontar la vuelta en desventaja sería una losa demasiado pesada de levantar, siguió volcándose al ataque, con más corazón que cabeza y con el reloj corriendo en contra. Se anunciaron 8 minutos de descuento, y salvo algún tímido intento rayista de contra, todo volvía a estar volcado sobre el área visitante, y dentro de la misma, mediado el añadido, sucedió la otra acción polémica. Balón que botaba a media altura cerca del pico izquierdo desde la perspectiva franjirroja, Robles que alzó la pierna para tratar de despejar ante un atacante que cargó sobre él, recibió el impacto y cayó al suelo. Todo Las Veredillas reclamó penalti, y el colegiado asturiano, a instancias de su asistente (el que anuló el gol de Ybarra en la primera parte), lo concedió. Se hizo larguísimo el minuto que pasó entre que se señaló la pena máxima y la ejecutó el defensor local Merino, a las mil maravillas, fuerte, a media altura y escorado a la derecha de un Juanpe que se venció al lado contrario. La grada estalló casi literalmente con el tanto del empate, que si bien hacía algo de justicia a los méritos del partido, no dejaba de doler para un Rayo B al que se le escapaba casi en el final una ventaja que valía oro.

Poco más y nada diferente se jugó hasta llegar al pitido final, con sabor agridulce por ambas partes. Para lo que sabemos que es capaz del Rayo B, este fue un mal día, en el que no se fue capaz de tener dominio sobre el juego y estuvo demasiado acorralado en su área, por lo que no se vería con malos ojos el empate, si no fuera porque logró adelantarse y acabó siendo empatado de penalti en el descuento. Mientras la hinchada invadía el pasto artificial de Las Veredillas, los jugadores abandonaban el campo tratando de poner la mente en lo que queda, que son 90 minutos (mínimo) en Vallecas, con la eliminatoria igualada y sabiendo que todo se decidirá en la «City», como ya es de todos sabido, en el campo 5 y a las 10:00, en contraprogramación con la Carrera del Rayismo, lo cual hace muy difícil, por no decir imposible, que el Rayo B de Jorge Vallejo pueda estar arropado, como lo han estado sus rivales, por un gran ambiente de su afición que les lleve en volandas en el partido más importante de la temporada.

Texto de Jorge Morales García. Imagen de Carlos Villar.