Prórroga para un sueño

Prórroga para un sueño

El Rayo B reacciona a un mal inicio y al gol tempranero del Torrejón, empata con gol de Baladía y en el tiempo extra liquida con tantos de Hugo e Íñigo para pasar a la final del play-off (3-2, global 4-3).

Hay días y partidos que uno sueña con presenciar y contar, en los que se juega por grandes cosas y el desarrollo del encuentro alcanza tintes épicos. Este fue uno de ellos. El Rayo B supo reponerse a un mal comienzo y al gol inicial del Torrejón para igualar la contienda y en la prórroga finiquitar una locura de eliminatoria para acabar obteniendo el pase a la final del play-off de ascenso a Segunda Federación.

En la hora más temprana que este redactor recuerda para un partido que haya cubierto, 10 de la mañana, mientras miles de aficionados rayistas corrían por las calles del Puente de Vallecas en la Carrera del Rayismo, otros varios centenares llenaron hasta la bandera el campo 5 de la «City» para ver el encuentro de vuelta de la final territorial, bajo un sol de justicia que ya a esa temprana hora apretaba de lo lindo. A la cita llegaba el Filial de la Franja de Jorge Vallejo tras haber sacado un empate de un complicado partido de ida y con la esperanza de sellar el pase en su casa y ante su gente. Enfrente, la AD Torrejón CF de Borja Bardera, que buscaba la clasificación tras no lograr plasmar la superioridad en la ida, y lo quería hacer en terreno hostil, acompañado de su hinchada, que si bien no era numerosa, como vinieron reclamando durante la semana por las pocas entradas cedidas al club visitante, se hizo notar y mucho.

Como si el tempranero horario pareciese afectar, el Rayo B salió algo dormido al encuentro, y su rival no tardó en sacar provecho de ello. Con apenas 3 minutos jugados, un mal despeje de la zaga local dejó el balón servido a unos metros de la frontal para que el capitán torrejonero Nachete sacase un cañonazo colocado a media altura y ajustado al poste derecho, imposible para la estirada de Juanpe. Apenas arrancaba el partido y el Torrejón golpeaba primero, un tanto que deshacía la igualdad en la eliminatoria. Si bien duele empezar perdiendo, lo bueno que tiene encajar tan pronto es que tienes casi todo el partido por delante para darlo vuelta. Una bofetada a tiempo que sirvió para que el cuadro rayista reaccionase.

Pasaban los minutos y poco a poco el conjunto franjirrojo se iba haciendo con el control del juego e iba disponiendo de llegadas con las que se amenzaba con el empate. No se arrugaban los locales en buscar desde donde fuera el disparo, ya fuese como hacen habitualmente de llegar con toque al área y rematar o incluso probando desde lejos. En cualquier caso, ya fuera por intervención del ex portero rayista Willy Gascón o por falta de precisión en el tiro, el gol no terminaba de llegar. Tras la pausa de hidratación, el Torrejón dejó de lado el punto conservador que adoptó al lograr la ventaja y volvió a apretar para tratar de ampliarla. Y como en varias ocasiones durante el curso, el Rayo B se encomendó a su portero Juanpe Gil para mantenerse en el encuentro. Varias intervenciones salvadoras del cancerbero rayista, ya fuese en tiros largos o varios mano a mano, dejando el alma en todas ellas y casi el cuerpo en una, teniendo que ser atendido por un golpe con un rival y poniéndose a calentar Adrián Molina, pero sin que finalmente pase a mayores.

Entrando en el descuento del primer periodo, cuando parecía que estaba por caer el 0-2, llegó el 1-1. Llevaba tiempo el Rayo B sin poder hacer una jugada rápida de toque, pero en el minuto 3 de los 6 de añadido, la realizó a las mil maravillas. Recuperación en campo rival, combinación en medio campo entre Juanchi y Aitor que pone a correr a todo el mundo, balón en profundidad del capitán buscando en las inmediaciones de la frontal a un Baladía que, totalmente libre y sin controlar, lanza el zurdazo colocado e inapelable, ajustado al palo izquierdo de un Willy que se estiró pero nunca llegó. La «City» estalló en alegría tras un primer tiempo angustioso. Como en Galapagar, llegó Bala al filo del descanso para igualar el partido y la eliminatoria. Poco después llegaría el descanso, calcando el resultado de la ida y con 45 minutos por delante para evitar la prórroga.

Ya el partido había arrancado más tarde de la hora prevista, pero el segundo tiempo aun más se demoró por unos incidentes en el túnel entre el máximo accionista del Rayo Vallecano y jugadores visitantes, que según cuentan testigos, acabó con el mandatario teniendo que ser sujetado por la Policía Nacional para evitar males mayores. Ante estos incidentes, el colegiado habló con capitanes y entrenadores antes de la reanudación para pedir calma y que no se estropease la fiesta del fútbol que se estaba viviendo. En lo que al juego se refiere, la segunda parte se desarrolló con ocasiones para ambos conjuntos, si bien no eran fructíferas y según pasaban los minutos crecía la tensión y el recelo de perder en un instante lo que se había conseguido, no ya en la eliminatoria, si no en toda la temporada. Lo cierto es que el marcador no se movió cuando, pasados 5 minutos del 90, se señalaba el final del tiempo reglamentario, lo que nos abocaba a una prórroga para decidir quien sería el finalista madrileño del play-off nacional.

El tramo final del encuentro y el inicial de la prórroga fueron los momentos en los que Jorge Vallejo decidió mover el banquillo para tratar de desequilibrar la balanza a su favor. Retiró a piezas clave como Ybarra, Étienne y Becerra, siendo este último el principal conductor del ataque rayista y el que más disparos realizó, para meter a Iván Íñigo, Sergio Alonso y Hugo. Órdago a la grande del míster, buscando frescura y velocidad en el ataque, sabiendo que el rival iba a apretar, dado que si al final de la prórroga seguía habiendo empate, la clasificación sería para el cuadro vallecano por su mejor puesto en liga regular. Pero en el alto mando del Rayo B no se quería ni oír hablar de eso, lo único que había en mente era ganar. Y así sucedió.

En el 7 de la prórroga, un mal despeje de Willy fue interceptado en campo rival por Íñigo, quien arrancó la conducción ante un Torrejón de desbandada y metió el pase a la profundidad para que Hugo, que apenas había entrado y no había tocado todavía la pelota, la enganchase según le venía para sacar un disparo que más ajustado no puede estar, pues tras superar al portero impactó en la cara interna del poste izquierdo para acabar mansamente en la red y hacer estallar la locura en la «City». El banquillo local se cruzó el campo para abrazar a Hugo tras otro gol importante en su haber, el que ponía por delante al Filial en la prórroga y que hacía sentir la clasificación muy cerca, obligando al Torrejón a marcar 2 antes del 120.

Ya en el segundo tiempo del alargue era el todo o nada para los visitantes, que debían volcarse contra el área local para buscar el milagro, dejando descuidado su campo y a merced de que el Rayo B pudiera liquidar a la contra, lo que sucedió en el minuto 111. Arrancó por la derecha Iván Alonso, que entró en el 68 por el goleador Baladía, hasta llegar a línea de fondo y meter el pase de la muerte para que Íñigo la empujase a placer y desatar el delirio absoluto en la «City». Saltó gente de las gradas a unirse a jugadores, suplentes y técnicos en el abrazo del gol que sellaba el pase a la final por el ascenso, en una algarabía como hacía tiempo que no se veía. Con el 3-1 y, contando un largo descuento, casi un cuarto de hora por jugarse, lo que quedó por ver fue el empuje de un Torrejón que quería morir matando.

Los visitantes encontraron en el 115 premio a su coraje en forma de gol con polémica, en un cabezazo de Pradillos a centro de Ángel que dio en la base del larguero, botó en la línea y Juanpe atrapó sobre la misma. A criterio del asistente, el balón había cruzado por completo, por lo que no dudo en señalar el tanto. El 3-2 animó al Torrejón a atacar, con más corazón que cabeza, con literalmente todo lo que tenía. El resultado fue que su portero Willy Gascón, para evitar el 4º tanto rayista, tuvo que cruzarse el campo tras subir al ataque para hacer una falta táctica. Ya amonestado por un pique con Étienne antes del descanso, la acción le conllevó la expulsión por doble amarilla, cuando a su equipo además no le quedaban cambios, teniendo que ser Cova quien se enfundase su camiseta y guantes. Ya estaba todo visto para sentencia, solo quedaba que llegase el pitido final para que la fiesta de la grada se terminase de trasladar, si no lo había hecho ya, al césped natural de la «City».

Y con el partido acabado, ahí sí, el delirio y desahogo del cuadro franjirrojo. Tras 2 años de salvaciones milagrosas, una temporada excelente, dos eliminatorias exigentes y una prórroga de ensueño e infarto, el Rayo B se encontraba a 2 partidos de hacer realidad el sueño de ascender a Segunda Federación. En el césped, mezclados con familiares y aficionados, los jugadores rayistas se fundían en un mar de abrazos, cánticos y lágrimas, antes, durante y después de hacerse la tradicional foto de la victoria. El equipo de Jorge Vallejo ha sido justo eso, un equipo, donde las buenas individualidades se ponen al servicio del colectivo y los que menos minutos tienen trabajan para acabar siendo determinantes, como fue en este caso. Ahora quedan 2 partidos para soñar y un último escollo para el ascenso, el ganador del play-off de La Rioja, el CD Varea, del barrio homónimo de la capital riojana. Este fin de semana, en Logroño, será la ida, y 7 días después, la vuelta en Vallecas. Con traje o en bañador, estaremos ahí para contarlo. Y que la gente crea, porque con el Filial de la Franja, tienen con qué creer.

Texto e imagen de Jorge Morales García.